Aventura nº...

AVENTURA Nº 2: RUTA DE LOS CABOS 2012

sábado, 30 de julio de 2011

DÍA 6: PLOVDIV - ESTAMBUL


28 de julio de 2001

2 países: Bulgaria Turquía (acumulados 11)
0 túneles (acumulados 108)
468 km (acumulados 4.235 km)

De nuevo parece que hemos llegado a un país más civilizado y rico. La sensación inicial al entrar a Turquía era que entrábamos al mercadeo total, pero finalmente resulta que estábamos en un sitio más serio que Bulgaria.

Porque la salida de Bulgaria era de escándalo, nada en sus carreteras tiene sentido: hemos hecho unos cuantos kilómetros de más porque los enlaces entre diferentes vías no siguen la lógica que conocemos en España y la señalización también era a veces confusa: además de las paranoias de Pau fijándose en carteles de carreteras que no son la nuestra o la seguridad de Reche en una lógica que no es la de Bulgaria.

Entre eso y el pequeño follón de la frontera (que si enseñar el seguro del coche a la salida de Bulgaria -¿por qué?-, que si enseñar ahora los pasaportes, que si ve a pagar allá el visado, que si vuelve aquí a que te pongan el sello en la pegatina, que si nadie más dice nada y te vas a la siguiente garita 200 m más allá, pero resulta que no, que vuelve poque nadie te dijo antes que había que enseñar el seguro antes de entrar...), hemos tenido que parar a comer en un área de servicio. Allí había unos alemanes de Dortmund, participantes del Rally en un pequeño todoterreno, y nos han pasado unos italianos a los que habíamos visto en la frontera, en un Panda. En el área de servicio, además de baños, hay salas con alfombra para el rezo. A Nuria y a Mar les ha impresionado que el camarero les moviera la silla para ayudarles a sentarse. Muy caballerosos, les ha gustado.

La región de Tracia, por la que hemos avanzado hacia Estambul (y de donde era originario Espartaco) es ventosa y parecida a ciertas zonas de La Mancha, como si fuésemos camino de Albacete desde Tomelloso... La autopista está en mejor estado que la búlgara, aunque en cuanto hemos empezado a acercarnos a Estambul se notaba que estaba bastante más castigada por un tráfico infernal que no tenía nada que ver con la soledad del resto del tramo europeo de Turquía.

Y la entrada a Estambul, como nos advirtieron los Xino Xano la noche anterior, es todo un espectáculo: primero el tonto el último del peaje (menos mal que compramos una tarjeta de peaje cuando entramos, proque si no hubiéramos montado una buena al quedarnos atrapados frente a la barrera automática de peaje) y a continuación la selva de coger el desvío correspondiente: son cientos de coches y camiones buscando su camino y gente allí en medio vendiendo agua y dulces. Y a partir de ahi, hasta la cocina...

Lo unico que sabíamos de la ubicación del apartamento que habíamos reservado desde Belgrado, era un punto gordo (y el nombre de la calle) en uno de los barrios del centro de la ciudad. A partir de eso, y con el mapa casi esquemático de Estambul que se incluye en el mapa de carreteras de Turquía hemos conseguido aparcar a menos de 200 m del apartamento; incluyendo pasar por un par de lugares angostos y el chaval armenio de un aparcamiento que ha se ha subido con determinación ala siento del conductor de la ambulancia por un par de calles hasta indicar dónde había que dejarla.

El problema ha sido que no sabíamos que habíamos aparcado tan cerca, y al preguntar por el hotel y la calle, cada uno nos llevaba por un lugar diferente. Habremos perdido más de media hora calle arriba calle abajo hasta que hemos conseguido unas indicaciones buenas. Y el caso es que hemos estado dando vueltas un buen rato al sitio donde íbamos a dormir. Nos ha servido para bajar los kebabs de los últimos días, porque con el calor húmedo que hace aquí nos hemos dado una buena sudada. Menos mal que decidimos dejar las maletas en la ambulancia hasta que encontráramos el lugar.

Hemos tenido suerte con el apartamento: ubicación, tamaño, precio... 75 € con salón, baño, cocina, terraza y dos habitaciones dobles (y una cuna).

No hemos perdido el tiempo con las maletas y nos hemos ido directamente al Gran Bazar para verlo antes de que cerraran. El ambiente en las calles de Estambul es extraordinario, igual que el ataque de querer comprarlo todo que le ha dado a las chicas en cuanto hemos llegado al bazar.

Tras la visita hemos vuelto a la ambulancia a por el equipaje y hemos tomado posesión del apartamento. Pau y Reche han aprovechado para hacer la colada (primera vez en nuestra vida que lavamos a mano, ¿quién nos iba a decir que sería en un apartamento de Estambul?) y hemos visto en el grupo de facebook de equipos españoles que los Estepa Kide llegaban esta tarde a la ciudad, así que les hemos llamado a ver qué plan tenían: nuestra llamada ha sido su salvación, porque estaban perdidos y no tenían sitio donde dormir, así que les hemos invitado a que se quedaran en nuestros sofás.

Para la cena, antes de encontrarnos con los Estepa, hemos tenido nuestro pequeño encontronazo con unos camareros turcos de la plaza Beyacit, que nos dijeron primero que bebida gratis, nos preguntan luego qué cerveza queremos cuando ya habíamos pedido, y que cuando nos han servido la comida nos dicen que no les queda cerveza, que si la mezquita está al lado y no deben servir alcohol a esas horas... Total, que tras aguantar la milonga, y sin haber tocado la comida, Nuria los ha puesto en su sitio y nos hemos ido a otro lugar.

En ese otro sitio nos hemos encontrado con los vascos (Patxi y Eneko) y hemos cenado juntos. Después un paseo nocturno hacia Santa Sofía, con la ciudad animadísima y Reche se ha ido al apartamento con los invitados para que se ducharan mientras el resto del equipo se daba un último paseo.

Ha estado bien tener un rato de charla y beberse un vinillo con otros compañeros de aventura.

Mañana dejamos a Mar para continuar los tres miembros titulares del equipo el camino hacia Asia.

PD: Había chavalillos en el Gran Bazar que sin que abriéramos la boca sabían que éramos españoles, por lo que se confirma la teoría de Reche de que por la forma de vestir se nos identifica: ni vamos en el plan hippy de los norteuropeos ni en el plan fashion italiano.

PPD: No nos cuadra lo del precio del combustible. Pensábamos que iba a ser más barata y eso ha sido sólo en Serbia y Croacia, pero no mucho más barata. En Bulgaria estaba cara, y en Turquía aún mucho más cara, más que en España.

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